Efectivamente, el término webgrafía, aunque Word lo subraye en rojo, es un neologismo oficialmente “adecuado”, que se define como: “repertorio de recursos procedentes de internet, referentes a una materia determinada o empleados en la generación de una obra o trabajo”.
También se han acuñado de forma correcta los términos cibergrafía y webografía, pero su uso es mucho menor y no parecen tan buenos candidatos a entrar finalmente en el DLE. Por descontado, siempre podemos continuar utilizando la expresión: bibliografía web.
Al estar reconocidos como neologismos bien formados y adecuados (el uso dirá qué será de ellos…), podemos transcribir los tres en letra redonda; aunque, si consideramos que pueden resultar “raros” para quienes vayan a consultar nuestro texto, quizás sea oportuno hacerlo en cursiva.