Notice: Function _load_textdomain_just_in_time was called incorrectly. Translation loading for the wp-latest-posts domain was triggered too early. This is usually an indicator for some code in the plugin or theme running too early. Translations should be loaded at the init action or later. Please see Debugging in WordPress for more information. (This message was added in version 6.7.0.) in /var/www/vhosts/pre.valladolidensutinta.es/httpdocs/wp-includes/functions.php on line 6121

Notice: Function _load_textdomain_just_in_time was called incorrectly. Translation loading for the wp-latest-posts domain was triggered too early. This is usually an indicator for some code in the plugin or theme running too early. Translations should be loaded at the init action or later. Please see Debugging in WordPress for more information. (This message was added in version 6.7.0.) in /var/www/vhosts/pre.valladolidensutinta.es/httpdocs/wp-includes/functions.php on line 6121

Notice: Function _load_textdomain_just_in_time was called incorrectly. Translation loading for the better-wp-security domain was triggered too early. This is usually an indicator for some code in the plugin or theme running too early. Translations should be loaded at the init action or later. Please see Debugging in WordPress for more information. (This message was added in version 6.7.0.) in /var/www/vhosts/pre.valladolidensutinta.es/httpdocs/wp-includes/functions.php on line 6121

Notice: Function _load_textdomain_just_in_time was called incorrectly. Translation loading for the complianz-gdpr domain was triggered too early. This is usually an indicator for some code in the plugin or theme running too early. Translations should be loaded at the init action or later. Please see Debugging in WordPress for more information. (This message was added in version 6.7.0.) in /var/www/vhosts/pre.valladolidensutinta.es/httpdocs/wp-includes/functions.php on line 6121

Notice: La función _load_textdomain_just_in_time ha sido llamada de forma incorrecta. La carga de la traducción para el dominio astra se activó demasiado pronto. Esto suele ser un indicador de que algún código del plugin o tema se ejecuta demasiado pronto. Las traducciones deberían cargarse en la acción init o más tarde. Por favor, ve depuración en WordPress para más información. (Este mensaje fue añadido en la versión 6.7.0). in /var/www/vhosts/pre.valladolidensutinta.es/httpdocs/wp-includes/functions.php on line 6121
Ángel María de Pablos nos cuenta cómo conoció a Delibes -

Ángel María de Pablos nos cuenta cómo conoció a Delibes

“Miguel Delibes, mi amigo”, por Ángel María de Pablos

Tenía yo unos 10 años y mi padre era redactor jefe en “El Norte de Castilla”. Vivíamos en la tercera planta del edificio del periódico y yo bajaba a buscar a mi padre cuando mi madre ya tenía la mesa puesta. En la Redacción, el dibujante de caricaturas y actores de cine siempre me llamaba por mi diminutivo, “Angelín”; y Julián Merino, que firmaba crónicas de ciclismo, me enseñaba revistas francesas con fotos de hombres en bicicleta. A mí me llamaban más las cuartillas del dibujante y sus lapiceros negros. Se me iban los ojos a la tinta, hasta que aparecía mi padre: “Deja trabajar a Miguel. ¡Le vas a manchar la camisa”. Así supe que mi amigo el dibujante, que me sentaba en sus rodillas, se llamaba Miguel. No tardé en saber mucho más de él, aunque para mí siguió siendo la misma persona cariñosa, simpática y cercana.

Continué bajando a la Redacción y me incliné hacia la información ciclista. Cuando falleció Merino, mi padre me retó: “Gran Premio “Virgen del Carmen” ¿quieres hacer la crónica?” Miguel me alentó: “No desaproveches la oportunidad, Angelín.” Seguí por ahí y en los 70 empecé con las retransmisiones ciclistas en TVE. Delibes me pidió que le informara de lo que ocurriera entre bastidores y no pudiese contar a cámara. En su ruego no había morbo, sólo afición. “¡Qué envidia! Yo te habría llevado el micrófono”, me decía.

Años más tarde, se me propuso liderar una candidatura a presidir el Ateneo de Valladolid. Lo valoré. Mi padre lo presidió en los 50 y el propio Delibes renunció en su momento a hacerlo. Yo decidí no aceptar y continuar colaborando con el Ateneo de otro modo. Entonces me encontré con Miguel: “¡Hombre, Angelín! ¿Cómo por aquí?”. Le conté que iba al Ateneo a comunicar mi decisión: “No creo valer para ese puesto, Miguel”. Y él me dijo: “Me recuerdas a tu padre, que no quería puestos de importancia. Tú vales tanto como él y mejor tú que otro cualquiera.”

Y así fue como Miguel alentó dos de mis más queridas vocaciones: el ciclismo y el fervor ateneísta.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio